18 oct 2018

Brico-Legio (IIII): Scutum (Parte II)

Hace unos meses publiqué la primera parte de la fabricación del scutum y aquí estamos de nuevo con la segunda.

El año pasado, al no tener todavía el umbo (pensaba que me llegaría antes de irme), comencé con la decoración y pinté las dos medias lunas que llevamos en honor a las diosas vírgenes Diana y Minerva, ya que eran los únicos elementos que podía pintar sin la referencia del umbo.

A los dos días de irme a Cataluña me llegó el umbo (cosa que estaba viendo venir, y de lejos...); pasó el tiempo, por fin tuve vacaciones y volví a Riotinto.

Lo primero fue comprobar y señalar el lugar del umbo para que no me quedase torcido ni estuviese descentrado, además de que pensaba que sería plano y tendría que curvarlo, pero me encontré con la grata sorpresa de que ya tenía cierta curvatura con la cual se acoplaba casi perfectamente a la del escudo. Así que vino la parte menos guay, la de echar un buen rato en hacer cada uno de los 4 agujeros con sus correspondientes tiempos de espera para que la broca se enfriara y no pasara lo que lo que al final acabó pasando, que se partiera... pero tenía otra para metal del mismo calibre y pude terminar la faena esa misma tarde.

Para colocar el umbo pensé en 4 clavos normales pero de mediana longitud, por lo cual los recorté a la altura deseada para poder poner y quitar el umbo por cualquier circunstancia; pero con el primer clavo vi que no era efectivo porque, por muchos martillazos que le diera, el clavo no terminaba de ajustarse a la madera y no tuve más remedio que acortarlo más para que quedara como un remache y dejar el umbo fijo.

30 sept 2018

De aventuras por Cataluña (II)

Ya han pasado unos cuantos meses desde que escribí la primera entrada sobre mis andaduras por tierras catalanas y aquí estoy de nuevo para contaros cómo va la cosa.

A principios de marzo terminaba mi contrato con las opciones de que me renovasen en Marina Bay o de que me diesen vacaciones hasta que encontrara un nuevo trabajo, y un par de semanas antes del día clave me llamó el director a la oficina para comunicarme qué iba a pasar con mi futuro, que fue no renovar mi contrato porque había más personal que faena y fui el último que entré en plantilla aunque le gustaba cómo trabajaba y tal; además, otro de los locales de la empresa había cerrado y estaban repartiendo a los empleados por todos los restantes.
(Inciso 1: puede sonar típico eso de trabajas muy bien pero no te renovamos, pero sí que me creo sus palabras porque no era la primera vez que me decía que trabajaba bien)
Yo ya sabía que si alguien tenía que salir de la empresa, fuese por el motivo que fuese, iba a ser yo porque fui el último que entré y, como se dice en el Evangelio de San Mateo, «los últimos serán los primeros»; aunque ser consciente de ello no quita que fuese jodido escuchar la no renovación de tu contrato laboral, así que desde esa misma noche empecé a buscar trabajo.

El 5 de marzo fue mi último día en Marina Bay, ya pensaba en bajarme una semana y pico a Riotinto, y al día siguiente esperando mi turno en el INEM me llamaron de la misma empresa para trabajar como ayudante de camarero en otro de los restaurantes del grupo (Botafumeiro, que según me dijeron era la "Champions" del grupo Moncho's) y les dije que esa tarde me pasaba por las oficinas para ver condiciones, que eran similares a las del sitio anterior, y tras pensarlo un poco les dije que sí ya que podría haber sido complicado encontrar trabajo y éste me había caído del cielo, así que me quedé con las ganas de ir a Riotinto y hasta el día del hoy aquí sigo en "el Bota".
La primera semana fue criminal, cambio radical de horario de trabajo porque en Marina estaba a turno seguido (o guardia) y en Botafumeiro estoy a turno partido; además, cambió la forma de trabajar porque en Marina llevaba 3 meses en el cante y me movía poco, mientras que en Botafumeiro de ayudante de camarero es llevar comandas al cante, traer comida y bebida al rango para que el camarero la sirva y retirar platos, copas y vasos sucios de las mesas auxiliares además de traer platos y cubiertos.

12 jul 2018

Brico-Legio (III): Scutum (Parte I)

Como estoy en mi día de descanso y estoy un poco aburrido, aquí estamos otra vez en la sección Brico-Legio del blog. Esta vez será una entrada monográfica sobre la construcción de un escudo romano que empecé en septiembre y dejé a la mitad ya que, como sabéis, me mudé a Cataluña y el umbo (pieza metálica que se coloca en el centro del escudo) no me llegó antes de que me marchase.

Así que, ahí os quedáis con la primera parte:

Para empezar, comentar que el escudo romano ha ido cambiando lo largo del tiempo y el escudo que estoy fabricando pertenece a la época del Principado, donde el scutum pasa de ser ovalado y de unos 120-128x75 cm a ser casi cuadrado (se le recortan las zonas superior e inferior pero no llegaría a tener el borde recto) y de unos 100-110x80-85 cm. Este escudo está basado en la reconstrucción realizada a partir de los bordes metálicos de un escudo hallado en Kalkriese (Alemania).
Un compañero de la asociación ha hecho un prototipo, que es el cual sigo (aunque se han mejorado algunos aspectos después que tener hecho yo el escudo así como algún socio más) y os dejo el plano:

He utilizado 3 planchas de contrachapado de 110x80 cm de 3 mm de grosor, prensa o molde para curvar la madera, cola para madera, 3 cinchas, sierra de calar, lima, segueta, 3 retales de lino de 140x100 cm, varios listones de contrachapado, umbo de hierro, 4 clavos y pintura para decorarlo según los motivos ornamentales que tenemos en Hispania Romana.

El primer paso fue construir una prensa o molde, utilicé un palé como base con tres piezas aseguradas mediante tornillos. Después de cálculos, dibujos y trabajo con la sierra de calar quedó un molde sencillo pero más que aceptable:

[Inciso 1: No os podéis hacer una idea ni de la que lié para calcular la curvatura que tenía que darle a la prensa (ya que el scutum era de 80 cm de ancho en plano y unos 70 cm una vez curvado) y pasar las medidas a la madera ni de las caras de mis padres y hermanos viéndome de un lado para otro con madera, sierra y demás en mi patio y preguntándome qué andaba haciendo]

30 ene 2018

De aventuras por Cataluña

Todo empezó con la última de varias proposiciones que me ha hecho mi hermano Abel (que estaba estudiando un máster aquí y también currando) junto con las muy escasas posibilidades de trabajo en Riotinto y alrededores, y el bonus extra de un año nada productivo en cuanto a la búsqueda de empleo por Andalucía y otros puntos de España donde conozco gente.
Así que tras pensarlo seriamente durante una semana decidí ir a probar suerte durante un mínimo de 2 o 3 meses ya que si me salía bien el tiro me quedaría allí por tiempo indefinido trabajando y si me salía mal la cosa siempre podía volver a Riotinto. Y ya han pasado casi 4 meses desde que llegué.

Pues nada, el 7 de octubre cogí el tren para arriba, entreteniéndome en las muchísimas horas de viaje con música, lectura y algún que otro paseo por el vagón para estirar las piernas, además de dormitar de vez en cuando poco por el madrugón que me pegué ese día.
Tras llegar al piso, deshacer las maletas y mirar la clave del wifi, fui al "paki" más cercano a por algo para cenar (sí, aquí los pakistaníes tienen el monopolio de las tiendas "24 horas" de barrio); cuando me acosté, entré en la fase esa de "mini-reflexión antes de dormir"  y tuve mi momento de "pillaera" mental pensando «joder, estoy aquí a "nosecuántos" cientos de kilómetros de mi casa y no es para estar varios días y volver», fue una sensación rara en plan "¿qué pinto yo aquí?" aunque sabía perfectamente a qué venía. En fin, después de eso no tardé en dormirme porque estaba reventado por el viaje y demás.