30 ene 2018

De aventuras por Cataluña

Todo empezó con la última de varias proposiciones que me ha hecho mi hermano Abel (que estaba estudiando un máster aquí y también currando) junto con las muy escasas posibilidades de trabajo en Riotinto y alrededores, y el bonus extra de un año nada productivo en cuanto a la búsqueda de empleo por Andalucía y otros puntos de España donde conozco gente.
Así que tras pensarlo seriamente durante una semana decidí ir a probar suerte durante un mínimo de 2 o 3 meses ya que si me salía bien el tiro me quedaría allí por tiempo indefinido trabajando y si me salía mal la cosa siempre podía volver a Riotinto. Y ya han pasado casi 4 meses desde que llegué.

Pues nada, el 7 de octubre cogí el tren para arriba, entreteniéndome en las muchísimas horas de viaje con música, lectura y algún que otro paseo por el vagón para estirar las piernas, además de dormitar de vez en cuando poco por el madrugón que me pegué ese día.
Tras llegar al piso, deshacer las maletas y mirar la clave del wifi, fui al "paki" más cercano a por algo para cenar (sí, aquí los pakistaníes tienen el monopolio de las tiendas "24 horas" de barrio); cuando me acosté, entré en la fase esa de "mini-reflexión antes de dormir"  y tuve mi momento de "pillaera" mental pensando «joder, estoy aquí a "nosecuántos" cientos de kilómetros de mi casa y no es para estar varios días y volver», fue una sensación rara en plan "¿qué pinto yo aquí?" aunque sabía perfectamente a qué venía. En fin, después de eso no tardé en dormirme porque estaba reventado por el viaje y demás.