2 sept 2011

De re taurina

Como indica el título, me zambulliré en el tema taurino, tema polémico donde los haya por aquello de que si es arte y cultura o tortura animal. Pero no me quiero adentrar mucho en polémicas, pues mucho se ha hablado ya de eso, sino que comentaré por encima alguna de las tradiciones populares en las que hay toros y pensamientos propios.

La participación de toros en las fiestas populares, según leído, se remonta a la Edad Media o incluso la época romana, ya que en el Coliseo había toda clase de espectáculos, y ha ido evolucionando en distintas actividades como las corridas de toros, los toros de cuerda, los encierros... Hace no mucho se ha abierto la polémica buscando la prohibición de las corridas de toros y demás festejos con respecto al maltrato de los animales en dichas actividades; yo pienso que a quien no le guste, que no asista, ya que hay una amplísima parte de la población que aprueba los festejos con toros y no hay por qué prohibir algo que no les guste a unos pocos, porque yo no voy a algo que no me gusta y me es indiferente que la gente vaya. También es cierto que en algunos casos se ha tratado mal al toro (pues hay vídeos que lo confirman), pero no creo que las corridas sean un maltrato y sé de buena mano que hay normativas que prohíben que el animal sea maltratado, por ejemplo, encierros de San Fermín o en las capeas, que si le haces algo a la vaquilla la gente se te echa encima.

Aparte de todo esto, a mi siempre me ha gustado el tema de los toros y desde pequeño me ha llamado la atención, por ejemplo, cuando veía corridas de toros algunas de las tardes que me he quedado en casa de mi abuelo, sobre todo domingos; además, siempre he visto en el telediario la noticia correspondiente a los encierros de Pamplona por la festividad de San Fermín, pues me parecía llamativo que la gente corriera delante de los toros hasta la plaza donde iban a ser toreados. Y desde hace bastante me gusta levantarme temprano para ver el encierro a su hora, las 8 de la mañana, con mi padre (también muy aficionado), aunque este año he visto la mayoría de los encierros por Internet debido a la pereza que me entra sabiendo que a eso de las 10 o las 11 de la mañana los puedo ver; y algún año me gustaría ir a las fiestas de San Fermín y meterme dentro del vallado para correr al menos un día (ya que lo sé prácticamente todo sobre los encierros), aunque algunos piensan que es una locura, que no tiene sentido correr delante de un toro exponiéndote a un riesgo innecesario... pero es una cosa que me gustaría hacer algún día.

Sobre lo de correr en un encierro o cosa similar, ya he empezado por ir a la suelta de toros de cuerda en Villalba del Alcor (Huelva), pues allí vive mi tía y como sabe que a mi me gusta todo ese tema me dijo que fuera el año pasado por estas fechas, cuando se celebran las fiestas en honor a la Virgen del Carmen, y fui sólo un día porque el siguiente ya estaba muy próximo a uno de los exámenes que tenía que hacer en Septiembre. Nunca había asistido a un evento así, la experiencia fue muy buena y por eso repetí en los toros de cuerda por las Cruces en mayo del actual año y repito ahora otra vez por la Virgen del Carmen, yendo el fin de semana pasado y voy mañana otra vez.
El año pasado la suelta del toro de cuerda empezó a las 10 de la mañana, fuimos mis hermanos Emmanuel, Abel, Cecilio y yo, saliendo temprano de Riotinto y llegando a eso de las 9:40 o así. Después de ver a mi tía y mis primos, fuimos con mi tío (tío-político, como se suele decir, pero como es uno más de la familia pues es  tío y punto) a coger una ventana donde subirnos para ver la salida del primer toro; tras la salida, mi tío nos aconsejó que dejásemos que el toro se cansara un poco y luego corriéramos ya que era la primera vez que nos metíamos en un "fregao" como aquel. Así hicimos Emmanuel y yo, que fuimos los que echamos alguna carrera; y fue una sensación tremenda el ver cómo la gente avanzaba hacia ti delante del toro, cómo van subiendo tus pulsaciones conforme se acerca el animal y el salir a correr  en el momento preciso tú también para que el toro no te recorte mucha distancia, pues cuatro patas bien carnosas corren más que dos no muy acostumbradas a correr, además de la velocidad de reacción que tiene un toro. En el segundo toro que soltaron hicimos lo mismo, lo vimos salir y luego ya estuvimos por otras partes del recinto, que no son más que cuatro calles que forman una manzana.
Como dije antes, también fuimos por las Cruces de mayo. En esta ocasión soltaron 3 vaquillas y dos toros, intercalando la salida de los animales. Como llegamos con tiempo, nos dimos una vuelta por el recinto mirando las mejores rejas de las ventanas donde subirse, conocimos a Juanjo, un amigo de Abel, y nos colocamos para ver la salida de los toros y vaquillas, que fue en la esquina opuesta de donde salieron por la Virgen del Carmen. Emmanuel y yo estábamos en sendas ventanas donde comienza la calle hacia una cuesta arriba, vimos salir a la primera vaquilla y bajamos de la ventana pero, para sorpresa nuestra, se resbaló y giro hacia nuestra posición, por lo que echamos a correr calle arriba como unos descosidos, yo miraba de vez en cuando de reojo hacia atrás para saber por dónde estaba el animal y cuando me di cuenta de que estaba un metro a mi lado me paré casi en seco, estando ya cerca de la esquina de la calle. Cuando el primer toro, yo estaba en el lado opuesto de la calle de donde salía y me tuve que ir a un vallado (de acero, claro está) porque el toro se trotaba hacia donde yo me encontraba con otros tantos chavales; hasta que no pasaron cerca de 10 minutos no se movió el toro de aquella zona y, cuando lo hizo, fui donde mis hermanos y al poco pasó por allí el toro, pero me subí a una reja. Cuando se alejó un poco me bajé y fui a la calle perpendicular y esperé a que viniera el toro para echar una carrerita hacia el vallado de donde suelen salir en otras ocasiones. Con la segunda vaquilla apenas corrí, tenía que descansar un poco, me enganchaba a las ventanas y salí del recinto, donde estaba mi primo. En una de las veces que Emmanuel corría y jaleaba a esa vaquilla, se resbaló con arenilla que había en la calle, se cayó  y la vaquilla lo desplazó lo mínimo como para tener que ir a que lo curaran porque se había raspado la rodilla y el antebrazo; ni Abel ni yo lo vimos (aunque Abel lo intuyó cuando la gente, tan escandalosa, gritó al ver a la vaquilla junto a mi hermano), pero al verlo ya confirmamos lo que Abel supuso. Al salir el segundo toro volví al recinto pero no llegué a correr, me limité a buscar una ventana y no separarme mucho de ella cuando miraba si venía el toro; y cuando pasó por nuestra posición camino de los cajones para recogerse Emmanuel, Juanjo (amigo de Abel) y yo fuimos detrás para verlo. Cada vez que recogían al toro o la vaquilla la gente aplaudía y fuimos poco a poco subiendo, dando por sentado que se había acabado el espectáculo, pero la gente empezó a correr y cuando vimos que habían soltado otra vaquilla, que se dirigía también calle arriba, empezamos a correr "a jierro"; Emmanuel y Juanjo continuaron hacia arriba yo encontré una ventana y mientras terminaba de subir vi cómo la vaquilla pasaba por el lado de la ventana a escasos centímetros de un chaval que paró en seco como haciendo un recorte al animal para que éste siguiera adelante. Después dimos alguna carrera más y cuando recogieron a la vaquilla, esta vez si era definitivo, buscamos a mi primo y nos fuimos a su casa, donde almorzamos y pasamos la tarde hasta las 6 o así, que volvimos a Riotinto.
El fin de semana pasado comenzaron las fiestas en honor a la Virgen del Carmen y volvimos a ir a Villalba, pero esta vez no vino Emmanuel porque tenía que trabajar. Salimos cerca de las 8 de la mañana porque la suelta de los toros empezaba a las 9, aunque en realidad el primer toro salió sobre las 9:20. Los dos toros que soltaron no corrieron mucho, pero alguna que otra carrera pude hacer y lo más gracioso, aunque no para Abel, que iba de fotógrafo, fue que la mayor parte del tiempo el toro estaba en el lado contrario al que él estaba. Sobre las 11 y media o las 12 acabó la suelta de toros y volvimos con mi tío y con mi primo a su casa, de donde nos marchamos después de almorzar porque yo tenía que entrar a trabajar a las 5 de la tarde.

En fin, ha sido una buena experiencia para mí en la entrada en el mundillo de los toros con los toros de cuerda y espero ir todas las veces que pueda, además de que espero ir algún día a Pamplona, pero de momento me quedo con estos pequeños espectáculos. Mañana volveré a Villalba, ya escribiré cómo ha ido si ha estado bien, de lo contrario, no creo que lo haga.

Ahí os quedáis.

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