16 ago 2016

«El Sanroque "s'acabao"»

Pues sí, tras 5 días de fiesta y jolgorio por la festividad de San Roque, el pueblo de Riotinto vuelve a su estado habitual tranquilidad y aquí estoy yo para contaros tan grata experiencia, si bien es cierto que mi amigo Rubén el que suele escribir esta entrada en su famoso blog, pero tiene trabajo atrasado de otros eventos estivales y hemos hablado lo de escribirlo yo, ya que he estado los 5 días y él sólo 4.

Pues vamos al lío.

San Roque empieza el miércoles con el concierto de la banda de música en "La Caseta", que me implica mucho ya que toco en la banda, y después se enciende el alumbrado y tal.
Después del concierto salimos sólo mi hermano Abraham y yo porque todos los demás estaban en un camping en Conil (ya habrá más datos sobre esto) y venían el jueves. [inciso 1: se suponía que iban de lunes a miércoles de camping a "nosequé" pueblo de Extremadura pero resulta que, por azar o conveniencia, se cambian los planes de un día para otro] Total, que había concierto de un tal Rasel y luego 3 djs, de los cuales el último era Dj Rasco; mi hermano y yo nos acercamos al Tiago a por un litro, nos dimos una vuelta y llegamos a "La Caseta" cuando terminó de cantar Rasel, estando con mis hermanas primero y con mi primo David después.
La noche estuvo mortal de bien, los djs hicieron una progresión empezando con música reguetonera de mierda y pachanguera, metiendo luego más música electrónica de matraqueo y acabando Dj Rasco con breakbeat del bueno, poniendo un temazo detrás de otro y la gente botando como si estuviera poseída, y tras esto me fui con mi primo a la zona de las casetas para continuar la noche (bueno, más bien el día) y estuvimos hablando con unos y otros hasta eso de las 10:15 o así, que me llevó con el coche hasta mi casa.

El jueves por la tarde volvió el personal de Conil y su consiguiente cansancio y siestas varias hasta que fueron al Bar Manolo a intentar convencer a los campilleros para salir pero no quisieron debido al cansancio, que no sería excusa porque salimos todos menos ellos. Paralelamente, yo fui con mis hermanos al primer partido del Trofeo Minero, que disputaron los equipos Riotinto Balompié y Campillo C.F. y ganó el Riotinto por 2-0.
Ya por la noche, quedamos a eso de la 1 en el Tiago y tiramos para el monumento del fútbol, juntándonos Cristina, Anabel, Abraham, Ruben y yo. Sí, Anabel, la misma, que hacía ya y pico de años que no venía por San Roque, concretamente desde 2009, según las fotos que tengo por el ordenador.
Estábamos allí bebiendo y hablando cuando llegaron Pablo y Rubenino. Seguimos por allí, hablando también con Benjamin y de vez en cuando echábamos una mirada para Insersa para ver el ambiente que había por allí, pero era escaso. De vez en cuando nos movíamos yendo a la muralla y casetas adyacentes o a Insersa, y así pasó la noche sin pena ni gloria hasta que a eso 6 o por ahí marchamos cada uno para nuestro lado.

El viernes empezó para mí teniendo que ir a trabajar de 12 a 3 de la tarde a la piscina ya que nos dividimos los turnos para que fuese más liviano el fin de semana, y al volver almorcé y me acosté para tocar después con la banda en el pasacalles de gigantes y cabezudos. Ya por la noche quedamos sobre la misma hora del día anterior haciendo una llegada escalonada, primero mi hermano, Rubén y yo, luego Cristina, Anabel, Steven y José Carlos y por último Pablo y Rubenino, o al revés los dos últimos grupos, no recuerdo bien cómo fue la cosa. Nos extrañó que Adrián no estuviese con ellos y nos comentaron que estaba en Nerva pero que vendría más tarde, y así sucedió. Esta vez sí que había un gran ambiente debido a que venían gente de Nerva, Campillo, Zalamea y aldeas cercanas.
Tiramos para Insersa y estuvimos bastante rato allí y luego bajamos a la muralla, la música de Insersa era muy regulera y la media de edad de los allí congregados era de 15-16 años, nos sentíamos un poco viejunos. Esta noche fue un tanto rara, sólo estuvimos todos juntos en el monumento del fútbol al principio de la noche y casi al final, que si unos iban al servicio, otros que si voy a hablar con "noséquién", otros que esperaban junto al botellón, otros que desaparecían y aparecían de repente... vamos, como la diáspora judía tras la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén. Además, a juicio de Rubén, había como mucho misterio en lo que hacían algunos del grupo. A pesar de todo eso, fue una buena noche.
En fin, la noche, más bien día, acabó cuando el grueso del pelotón se encontró por la zona de las casetas y fue dirección al coche de Cristina, Rubén cogió el camino para su casa después de que Steven y yo nos despidiésemos de él, y alcanzamos a los demás en nada y menos.

El sábado me levanté a eso de las 2 de la tarde porque tenía que comprar el botellón para la noche y luego ir a currar de 3 a 6, que fue aburrimiento puro y duro hasta las 5 de la tarde, bueno, estuve leyendo e incluso me acabé el libro. Nada más llegar a mi casa comí un plato de espaguetis para coger fuerza para el pasacalles y a tocar con la banda después, que el primera mitad del recorrido es el peor porque cuesta arriba tocando. Al terminar el pasacalles fuimos al campo de fútbol porque era la final del Trofeo Minero y la banda siempre toca antes de comenzar el partido dando una vuelta al campo de fútbol; luego nos quedamos en un lado 2 trompetas, un bombardino, un caja, 3 clarinetes y 2 flautas esperando a que viniera una chavala de Nerva para tocar durante el partido, siendo 5 de los músicos miembros de la Charanga Pimentada Brass Band de Nerva, aunque dicha charanga está aún en construcción.
Pues nada, allí estuvimos tocando y liándola en el buen sentido animando a futbolistas y espectadores en lo que duraba el partido, que acabó siendo ganado por el Nerva C.F. por 2-3 al Riotinto Balompié por mala suerte y mala mano del árbitro para el Riotinto; pero echamos un buen rato, que fue lo que importó y no descarto unirme a la charanga.
Ya por la noche quedamos  Rubén, Anabel, Cristina y yo en el Tiago, porque el resto fue a Cortegana a las fiestas medievales al concierto de Celtas Cortos. [inciso 2: por cojones se tenía que ir a algún sitio en plenas fiestas de San Roque, coincidió el tema del concierto ese y se pegaron el viaje] Entre una cosa y otra, cuando nos reunimos Rubén y yo eran la 1:30, empezamos a beber porque las niñas iban a montar a los primos en los cacharritos y tardarían más, pero la cosa es que también tardaron lo suyo en bajar. Después de todo eso llegaron donde nosotros y bajamos a la muralla y estuvimos allí hablando con uno y con otro y bebiendo más a gusto que todas las cosas hasta que llegaron los del medievo de Cortegana, subiendo poco después a Insersa.
Esta vez no nos desperdigamos mucho por ahí, solo lo normal, la noche transcurrió bien, buena gente, cubatas, música... llegó un momento en el que no había más hielos y eran ya las 7, así que paramos el bebercio y poco después fuimos tirando tranquilamente hacia el ayuntamiento para la diana y conseguir uno de los famosos pañuelos. Cogimos pañuelos, llegó la charanga de turno y empezó el jolgorio, estábamos pletóricos, incluso Anabel inició una conga junto con Steven, se iba uniendo la gente y aquello parecía el mítico juego de la serpiente del Nokia, luego la charanga empezó a tirar para la zona de las casetas y todos se fueron a la Toñi a desayunar mientras yo me quedé con mi primo David y mis hermanas, que le dimos la bulla a los de la charanga para que tocaran Alegre mañanitas, Berrocal, Sevillanas... accediendo a tocar Berrocal y, como manda la tradición, cantamos la coplilla del solo de trompeta (ojo, cantamos la letra alternativa, la original no tenemos ni idea de cómo es). Después tocaron canciones pachangueras varias, Paquito el Chocolatero y les insistimos como última canción el pasodoble de Nerva; acabó la diana fui en busca del personal y tras desayunar se fueron a dormir la mona (o el gorila o el orangután), yo me quedé con mi primo, ya que no tenía prisa porque trabajaba a las 6 de la tarde, y allí estuvimos en las casetas hasta que se lió un poco, y no mucho después fuimos a desayunar al Hostal Atalaya y luego me dejó en mi casa. [inciso 3: en verdad los de la charanga eran bastante siesos, ni el "Quinto, levanta", las sevillanas porque se las pedimos, el pasodoble de Berrocal tocado como 2ª vez (el músico que lea esto sabrá de lo que hablo), ni una mísera vuelta al Minero...]

El domingo me levanté a las 4 y pico, estuve zanganeando un poco, almorcé y a las 6 me fui a trabajar hasta las 10 de la noche. Después, y tras largo rato de decisiones más inútiles que la m de Benidorm, salimos a cenar Anabel, Rubén, Pablo, Cristina y yo al Hostal Atalaya, donde vimos en la carta algo que nadie se imagina "Serranito chiquetito", no normal ni pequeño ni otro tipo de adjetivo, "chiquetito", vocablo andaluz donde los haya. Luego los 4 fueron a Campillo para que se despidieran de Anabel porque no sabían si venir a ver los fuegos artificiales, y digo los 4 porque no sabían lo que tardarían y yo tenía que estar a las 00:30 en la banda para tocar después la retreta y ver los fuegos artificiales.
Una vez terminada la retreta fui a la furgoneta de mi padre a soltar el clarinete y me reuní con el personal, dimos varias vueltas, se fueron primero los campilleros y Pablo, y cerca de las 4 nos fuimos los demás, que estábamos más muertos que vivos por todo el cansancio acumulado y se acabó la fiesta hasta el próximo año.

Hasta aquí la entrada del Sanroque de este año. Espero que os haya gustado.

Como bonus extra, el vídeo de la diana:

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